El oxígeno medicinal se utiliza de manera generalizada en todos los entornos sanitarios, con aplicaciones que van desde la anestesia hasta el tratamiento con inhaladores.
El oxígeno es un gas vital utilizado para tratar a la gente en todas las etapas de la vida, desde el momento en que realizamos nuestra primera respiración en adelante. Y aunque lo demos por garantizado, como el aire que respiramos, debemos asegurarnos de su existencia.
Los hospitales son impensables sin oxígeno y su suministro constante y fiable. El oxígeno se utiliza más o menos en todas partes, desde los quirófanos hasta las unidades de cuidados intensivos y las salas de hospital. También tiene un papel importante en la atención domiciliaria.
Indicaciones Terapéuticas:
El dióxido de carbono medicinal se utiliza como gas de insuflación y como refrigerante.
El dióxido de carbono medicinal tiene varios usos médicos. Puede usarse como gas de insuflación para la cirugía mínimamente invasiva (laparoscopia, endoscopia y artroscopia) con el fin de ampliar y estabilizar cavidades del cuerpo para una mejor visibilidad del campo quirúrgico. Además, en su fase líquida, puede utilizarse para proporcionar temperaturas de hasta -76 °C, para la crioterapia o analgesia local mediante aplicación externa en la superficie de la piel.
Otras aplicaciones del dióxido de carbono medicinal incluyen la estimulación respiratoria transitoria y el estímulo de la respiración profunda y la tos para prevenir o tratar la atelectasia.
Un suministro fiable de aire medicinal es esencial en los hospitales, en especial en el tratamiento de las enfermedades respiratorias.
En los hospitales, el aire medicinal se utiliza sobre todo para la terapia de ventilación y el tratamiento con aerosoles y durante la anestesia: